Estoy despierta desde hace una hora y ya me cansé de intentar recuperar el sueño. Mejor me como unas cerezas y me siento en la compu. A ver que ha pasado por el mundo.
Llegamos ayer en la mañana muy temprano. El avión aterrizó a las siete y el aeropuerto estaba lleno de sol, lo que rompía con todos los rumores del terrible frío y la lluvia que cala los huesos. Estuvimos un rato en la fila para comprar los boletos de tren. Cuando por fin llegamos con la señorita (que nos tuvo toda la paciencia del mundo) logramos comprar mi pase por todo el mundial. Me puedo subir y bajar a todos los trenes en primera clase del 7 de junio al 11 de julio. ¡Primera clase! Hasta importante se oye. Como si fuera periodista... Después nos fuimos al estadio para que Roberto se acreditara y entonces dejara de pagar los trenes. Yo me quedé sentada tomando el sol en la estación con todas nuestras maletas mientras que él caminaba hasta el estadio para acreditarse. Dice que el paisaje era hermoso, pero cargar las maletas hasta allá hubiera sido imposible.
A mí lo que me impresionó fue el silencio. Era una estación grande, con 7 diferentes andenes, sin gente. Era la única. Excepto por la esporádica llegada de algunos trenes y el paso de una o dos personas, el sonido predominante eran los pajaritos que disfrutaban del sol y un perro que mi experiencia de años me permitió identificar como un pastor alemán sólo por los ladridos. La verdad es que nunca lo vi, pero estoy bastante segura... :)
En la tarde estuvimos caminando por la ciudad, tomamos vino de manzana (que sí, es cidra) en un puesto junto al río Main, comimos la primera salchicha con mostaza y nos subimos a la rueda de la fortuna.
Regreso otra vez a mi situación actual, comiendo las cerezas. Están deliciosas.
Mando saludos a todos… Aquí los mantendré al tanto.
Llegamos ayer en la mañana muy temprano. El avión aterrizó a las siete y el aeropuerto estaba lleno de sol, lo que rompía con todos los rumores del terrible frío y la lluvia que cala los huesos. Estuvimos un rato en la fila para comprar los boletos de tren. Cuando por fin llegamos con la señorita (que nos tuvo toda la paciencia del mundo) logramos comprar mi pase por todo el mundial. Me puedo subir y bajar a todos los trenes en primera clase del 7 de junio al 11 de julio. ¡Primera clase! Hasta importante se oye. Como si fuera periodista... Después nos fuimos al estadio para que Roberto se acreditara y entonces dejara de pagar los trenes. Yo me quedé sentada tomando el sol en la estación con todas nuestras maletas mientras que él caminaba hasta el estadio para acreditarse. Dice que el paisaje era hermoso, pero cargar las maletas hasta allá hubiera sido imposible.
A mí lo que me impresionó fue el silencio. Era una estación grande, con 7 diferentes andenes, sin gente. Era la única. Excepto por la esporádica llegada de algunos trenes y el paso de una o dos personas, el sonido predominante eran los pajaritos que disfrutaban del sol y un perro que mi experiencia de años me permitió identificar como un pastor alemán sólo por los ladridos. La verdad es que nunca lo vi, pero estoy bastante segura... :)
En la tarde estuvimos caminando por la ciudad, tomamos vino de manzana (que sí, es cidra) en un puesto junto al río Main, comimos la primera salchicha con mostaza y nos subimos a la rueda de la fortuna.
Regreso otra vez a mi situación actual, comiendo las cerezas. Están deliciosas.
Mando saludos a todos… Aquí los mantendré al tanto.
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