La verdad es que ver esa cantidad de comentarios me tiene muy emocionada. Es toda una experiencia esto de publicar mi viaje en internet... Gabriel, todo el tiempo he pensado en Irán como un rival, lo que pasa es que hay iraníes guapos. Para tu tranquilidad, ayer fuimos al partido amistoso que tuvieron contra el impronunciable equipo de Bodenseeauswahl y aunque ganaron 5 - 0 puedo decir que estuvo aburridísimo. (Otra vez, el marido tiene la visión futbolera en la edición de milenio de hoy). Alí Karimi -el que se parece al Kikín- se la pasó en la banca con su Ipod, o sea que le valió gorro.

Lo divertido fue que me tuve que sentar en la tribuna porque Roberto tiene su super pase de prensa y tenía buen lugar. El Zepelin Stadion (es que de Friedrichshafen son los dirigibles, hay un museo y todo) es bastante chico. El equipo este juega en la quinta división, entonces vino gente de todos los pueblos de alrededor para ver a sus vecinos y amigos perder contra Irán. El caso es que claramente estaba sobrevendido. La gente estaba parada alrededor de la tribuna tomando cerveza feliz de la vida. Logré meterme en una parte de las gradas, encontré un escalón y me senté para tomar mis fotos. Junto a mí estaban del lado izquierdo dos niños iraníes con bandera, maquillaje, playera y bufanda -el kit completo- y del derecho dos goooooordos alemanes. El primero de pelo largo, camiseta negra de algún grupo de metal alemán y el segundo un auténtico nerd, Norbert, que era el que mejor hablaba inglés. Lo malo era que apestaban a una mezcla desagradable entre sudor-cerveza-cigarro que casi me hizo cambiarme de lugar ¡pero no había a dónde!. El gordo numero uno se dedica a hacer regaderas de cristal, el segundo es ingeniero en sistemas y dice que trabaja en el principal proveedor de internet en Alemania...

Hasta eso, y a pesar del olor, me la pasé muerta de la risa. Más por la dificultad de la comunicación que por el tema de conversación, pero me distraje del partido que fue un tanto largo (bueno, duró lo mismo que todos los partidos, pero fue muy aburrido). Llovió pero salió el arcoiris.


En la mañana había ido al Zepelin Museum y como todo estaba en alemán me tuve que conformar sólo con ver. Es prácticamente el único museo que hay que ver aquí , pero está padre. Tienen una réplica del interior del "Hindenburg" que fue el que se incendió y puedes entrar y todo. Dentro del museo aprendí a decir Toilette (baño) porque de pronto me empezó a salir sangre de la nariz y no traía kleenex. Tuve que correr por todas las salas hasta que encontré a una señorita que no me entendía hasta que le enseñé la mano llena de sangre.

En fin, ese fue el día de ayer. Dice Roberto que les manda saludos, yo también.