Me gusta el mundial.

Yo nunca había viajado con la idea ver futbol. O viajado para ver futbol. No sé si me explico, pero más allá de la oportunidad de conocer estos lugares escondidos en Alemania, además estoy descubriendo lo que es ver tres partidos diarios.

Todos los días.

Y disfrutarlo.

Es que no es lo que imaginaba, pero esto de sentarte en cualquier bar, perdir una cerveza o copa de vino y ver futbol... Hoy me es muy disfrutable. Claro que es otro tipo de equipos, y lo que está en juego es mucho más que ganarle al América (Sin ofender).

El mundo está reunido para ver a los jugadores de fut. Cada quien se olvida de sus problemas nacionales para ver a sus jugadores quitarle el balón a los otros. Y gana el equipo, pero también gana su nación -o pierde, como le pasó a los gringos :)-

Sigo muy impresionada con la cantidad de mexicanos en estas tierras, pero los estadios se llenan de aficionados: brasileños, croatas, Ghaneses, Italianos... Es increíble. Es adrenalina. Es pasión.

Es el mundial y me gusta.

P.D.
Celle es un pueblo. La idea es como San Miguel de Allende (toda proporción guardada en los dos casos, que conste). Callecitas muy folclóricas, muchas tiendas, restoranes y alguna galería. Claro que aquí, además, hay un castillo. Muy bonito.

Hoy caminamos otra vez por el pueblo. Realmente no hay mucho más que hacer. Entramos a una chocolatería llena de gomitas deliciosas, vimos un mercado y nos encontramos a la familia de Ric (Amigo muy amigo de Roberto). Los acompañamos a tomar un helado y vimos más futbol.